Un poco más allá de donde habíamos puesto el campamento, la carretera nos ofrece dos opciones. Por un lado cruzar el Río Alto Beni, para llegar a Sapecho que está justo al frente, ó seguir por nuestra rivera tierra adentro hasta la desembocadura del río Boopi. Por supuesto que hicimos ambas cosas, pero hoy nos vamos a concentrar en lo que vimos siguiendo la segunda opción.
Una vista de los cerros de Boopi y la selva que se extiende al otro lado del río
El paisaje es por decirlo de alguna forma, más “yungueño”, muchos cerros de pendiente pronunciadas, la selva alta y muy tupida en la parte más alejada, pero bastantes chacos abiertos cerca de la carretera. Por todos lados hay campos de maíz, plátanos, árboles de mangos y naranjas. El camino flanquea un río que tiene una bonita selva justo al frente, claro que no hay forma de llegar hasta ahí, pero mientras más nos adentramos, mejores sitios hay para caminar, incluso algunos chacos reforestados con maderas preciosas por los propios colonos.
A pesar del clima algunas aves siempre están activas. A esta le dicen monja por aquí, aun que nunca supimos por quéEstos preciosos pájaros (Cacicus cela) se ven con mucha frecuencia. Construyen grandes nidos comunitarios en los árboles altos, desplazando con mucha eficiencia a las oropéndolas tejedoras de nidos, que por aquí se ven más bien pocas
El clima excesivamente húmedo y frío, no acompañó las caminatas, vimos pocas aves cerca de los chacos, pero nos acompañaron los infaltables coros de ranitas, esta vez algunas ranitas venenosas. Eso sí, muchos mosquitos. Así durante todo el día, visitando chacos abandonados y algunas quebradas cubiertas de bosque, decidimos llegar hasta donde pudiéramos y esperar ahí a que caiga la noche.
Una rana venenosa de la especie Ameerega picta. Dan la impresión de ser muy abundantes en ciertos sitios, pero son extremadamente difíciles de ver. Con suerte las verás saltando entre la hojarasca, ya que casi nunca dejan que sigamos el rastro de sus llamadas. Apenas uno se acerca un poco, simplemente dejan de cantar y pueden estar así mucho tiempo.Hormigas cortadoras de hojas haciendo algo que nunca les había visto hacer, pelar un mango. Y realmente lo pelan, estuvieron cortando la cáscara en pedacitos pequeños y llevándosela al hormiguero durante un largo rato. Los frutos quedaron perfectamente pelados, y con la pulpa intactaEsta un una ninfa de saltamontes, probablemente la más vistosa que encontramos en Boopi. No se si es algún tipo de advertencia, pero es posible. Muchos bichos aquí han optado por ser venenosos para evitar que se los coman, pero el veneno no sirve de nada si no puedes hacer que todos lo noten.
Nice. I enjoyed your blog.
Ditto.
Mauri que incribles las fotos! Felicidades!
Da gusto ver estas selvas todavía en pie