La vuelta desde el fin del mundo la hicimos de noche, como de costumbre, y parando cada vez que algo parecía interesante. Aprovechando que en esta parte del mundo sí ha llovido este año, al menos lo suficiente como para que la actividad nocturna traiga frutos.
El tráfico en la carretera principal de vuelta es bastante molesto, así que tratamos de usar todo el tiempo posible en las carreteras intermedias, lo que resulto ser una buena idea a pesar de que es en torno a éstas donde se concentran los campos de cultivo. Nada de aves nocturnas esta vez. Aun así los arroyos no defraudan casi nunca y siempre hay mucho que ver.
Durante la vuelta, el camino se mantiene en torno a los 600 metros de altura, incluso llega casi hasta los mil, en muchas partes se han formado charcos en la orilla del camino y la hierba ha crecido bastante. Muchos sitios son un verdadero desafío para el coche. Extrañamente no hemos sido atacados por demasiados mosquitos en las caminatas nocturnas, parece que todos han decidido concentrarse en torno a nuestro campamento, pero al menos podemos caminar en paz.
El cangrejo fantástico. aquí en México vimos varios en los arroyos, pero cerca del mar debo decir
Alucinantes las fotos,
Nice shots my friend!