TIPNIS SI! Crónica de un día histórico

Miércoles 27 de junio. A las nueve de la mañana más o menos empecé a subir desde el prado de la ciudad de La Paz, hasta Villa Fátima. Mi objetivo, documentar y apoyar como fuera, la llegada de la IX Gran Marcha Indígena, que debía ingresar a la ciudad a eso de las diez y media. Durante toda la subida y hasta el medio día nos acompañaría la señal de varias radios que daban una cobertura continua de todo lo que pasaba ese día.

Villa Fátima despertó llena de carteles difamatorios contra los líderes del TIPNIS. Especialmente duros con Doña Bertha Bejarano, la presidenta de la Marcha, quien fue condenada en Brasil por microtráfico de drogas. Antes de convertirse en una de las primeras mujeres indígenas dirigentes, Doña Bertha arriesgó su vida tragando píldoras con cocaina a cambio de un pago mínimo para mantener a su familia que vive en situación de extrema pobreza, como todos en el TIPNIS. Los marchistas han considerado que ha afrontado su error y cumplido su condena, y aun confían en ella para que los represente. El hecho de que el Gobierno haya usado este antecedente para desprestigiar la Marcha, ha aumentado el apoyo cívico a su persona, y nos ha recordado los antecedentes de terrorismo de nuestro propio vicepresidente. Durante la mañana varios niños del barrio se dieron a la tarea de intentar arrancar los carteles o al menos dejarlos ilegibles

Desde el martes sabíamos del plan del gobierno de hacer una ¨contramarcha¨ conformada por campesinos afiliados a la CSUTCB, el principal órgano sindical de los productores agrícolas del país, aliado del Movimiento al Socialismo MAS, partido de gobierno. También estarían algunos sindicatos mineros, cocaleros, varias asociaciones de vecinos de la ciudad de El Alto y de hecho todos quienes aun apoyan a Evo Morales. Lo que no sabíamos era la forma terrible en la que estaba organizada esa movilización.

A las diez de la mañana, no había mas de cien apoyando. La mayoría docentes, administrativos y estudiantes de la UMSA apostados en la parte alta de la Plaza Villarroel, donde se esperaba el mitin de la «contramarcha».

Las radios alertaron primero de las intenciones de la contramarcha. A las nueve y media empezaron a caminar desde la ciudad de El Alto y tenían previsto pasar por la Plaza San Francisco, donde está instalada la vigilia de las Mama t´allas del CONAMAQ. Esta es la vigilia del TIPNIS a la cabeza de las líderes espirituales de los indígenas de tierras altas. Las carpas instaladas en la plaza y los carteles se han hecho un ícono del movimiento indígena de los últimos años. Sin embargo, el nerviosismo se convirtió en zozobra cuando los dirigentes pro-gobierno confirmaron que su movilización, una vez en La Paz, había decidido recorrer las mismas calles que debía recorrer la IX Marcha, lo que inevitablemente lograría que se encuentren en algún punto.

Llegan los primeros grupos de la contramarcha a la Plaza Villarroel. Mientras muchos curiosos abandonan la plaza, algunos simpatizantes del gobierno se toman fotos.

El objetivo era claro, crear todo el miedo posible en la población para que no saliera a apoyar la IX Marcha Indígena, y debilitar su impacto mediático. Lo primero lo consiguieron fácil durante la mañana. Los mineros reventaros cientos de dinamitas según bajaban la autopista que une El Alto y La Paz. Por decenas llegaban las denuncias a las radioemisoras de personas agredidas por los movilizados del gobierno. Finalmente, después de las diez, llegaron a la vigilia de San Francisco. Inmediatamente se informaba que un grupo de ellos estaba destrozado los carteles y agredido algunas personas. Ninguna información por un rato más, hasta que nos enteramos que un grupo de mujeres estudiantes, habían logrado repelerlos. La “contramarcha” sin pausa se dirigía hacia Villa Fátima, la entrada de La Paz.

Solo trece policías separan a la multitud que se va reuniendo en la Plaza Villarroel, del grupo que defiende a la Marcha en la parte de arriba. ¿No les parece curioso que el grupo de policías están posicionados de manera de contener a los cien que están arriba, en vez de a los 10.000 que se van reuniendo abajo, y que han estado agrediendo a todo el que piense diferente durante todo su trayento?

¨Tendremos que marchar todos…¨

A esas alturas, la información de la radio reportaba una columna de 10.000 partidarios del gobierno que iban a concentrarse en la plaza Villarroel a unas cuadras de donde me encontraba. La IX marcha había retrasado mucho su paso y aun no aparecían por Villa Fátima. La radio reportaba que a pesar que la gente salía a recibirlos y darles alimentos y agua, muy poca gente realmente se unía a la columna indígena, a diferencia del año pasado, cuando 400.000 personas acompañamos a los hermanos.

Cada minuto la tensión crecía. Yo decidí bajar hasta la plaza Villarroel a ver qué pasaba. Me encontré con unas 100 personas, principalmente estudiantes que estaban listos para recibir a los marchistas, junto con algunas vendedoras ambulantes ofreciendo las banderas de los pueblos indígenas a 10Bs. Pero pocos compradores realmente.

Este grupo de mineros pertenece al Sindicato de Colquiri, quienes habían tenido un largo conflicto con las Cooperativas mineras y el Gobierno apenas unas semanas atrás. La verdad para alquilen de afuera (y de adentro) es muy difícil entender la complejidad de la fragmentación de la sociedad boliviana (el caso de los mineros es particularmente complicado). Solo como un ejemplo, esa misma mañana la radio hablaba que un minero (probablemente de este mismo grupo), dejó anonimamente en la vigilia, una gran suma de dinero en apoyo a la IX marcha.

A las once de la mañana empezamos a escuchar a lo lejos las explosiones de dinamita de los mineros y espontáneamente, varios estudiantes empezaron a organizar la resistencia con la gente que ya sumaríamos unas 200 personas. Minutos después aparecieron unos treinta policías que se sentaron a un lado de la plaza, luego llegarían más. Se les notaba tensos. El plan en general era simple. Tratar de mantener mientras se pueda la parte alta de la plaza, para poder desviar la marcha indígena hacia la avenida de circunvalación y acompañarlos hasta que la amenaza termine. Algunos estudiantes de medicina, medio en broma empezaron a explicar cuál era la mejor forma de recibir los golpes, o qué hacer contra los gases de la policía. Todos ahí sabíamos que si alguien iba a ser gasificado, íbamos a ser nosotros. Más tarde esto se confirmaría.

Serían las once y media cuando nuestra ¨fuerza¨ se vio incrementada en otras cien personas que venían en dirección a la plaza. Eran personas que estaban esperando a la marcha indígena y en el trayecto se encontraron con los oficialistas que, de acuerdo a lo que contaban, los sacaron de las calles a golpes. Ahora parecía que nada iba e evitar el enfrentamiento. En las radios escuchábamos que la marcha indígena finalmente entraba en Villa Fátima, pero no podíamos saber si venían con suficiente fuerza como para hacer frente a los 10.000 que poco a poco empezaban a llenar la plaza Villarroel.

Con la angustia llegando a límites insoportables, decidí subir unas cuadras para enterarme de lo que pasaba en la Marcha. Desde donde estábamos apenas veíamos nada, pero subiendo unas pocas cuadras se puede ver la amplia avenida que por algo así como un kilómetro atraviesa la Villa, una de las más humildes de La Paz. Entonces pasó algo realmente importante.

Los vecinos de Villa Fátima, toman su avenida principal en apoyo a la IX marcha. Al fondo de la avenida se pueden ver las banderas altas que son llevadas por la vanguardia indígena, con Doña Bertha a la cabeza.

¨¿qué pueden hacernos? Ellos son miles, pero nosotros somos una ciudad…¨

Apenas fui capaz de ver el fondo de la avenida, pude distinguir, totalmente incrédulo, una multitud que rodeaba la columna indígena. Subí la avenida lo más rápido que pude, tratando de no chocar a ninguno de los vecinos que por miles salían de sus casas y se sumaban a la Marcha. Familias enteras, con niños y mascotas se acercaban a los indígenas a felicitarles, agradecerles y darles agua y comida, luego los hombre de esas familias se ponían a un costado de los marchistas y caminaban con ellos. Toda la villa se volcó con la IX. Los vecinos corrían en dirección de las pequeñas callecitas, tocando las puertas y avisando a la gente que la Marcha había llegado y de todas las casas salía gente. Tan grande se hizo la columna que tardamos casi una hora en atravesar la avenida hasta la Plaza Villarroel.

En la avenida apenas se distingue la cabeza de la marcha por las banderas. En primera fila algunas ambulancias socorren a los marchistas con problemas por el frío y la altura.
Niños de Villa Fátima se acercan con regalos para los niños del TIPNIS.

Donde un rato antes éramos unos pocos cientos buscando la forma de encarar a los miles que venían regando agresividad, pude ver un enorme grupo de gente que había hecho una especie de paso, cubriendo la columna y llevándola fuera de peligro. Corrí a ver la reacción de los 10.000 de la plaza. Era simplemente increíble. A pesar que los discursos recién empezaban, me parecía que ya había menos de la mitad de las personas que había visto entrar una hora antes. No pude distinguir un solo minero. No hubo más explosiones de dinamita, ni insultos. En medio de un silencio sobrecogedor, el orador intentaba arengar a la gente a defender el proceso de cambio, y apenas salía de esa multitud un suave murmullo por cada ¨Viva¨ que podía escuchar.

Desde la mayor parte de las casas la Marcha también iba recibiendo apoyo, a su paso hasta el centro de la ciudad.
La virgen que marcha. Entiendo que para, por ejemplo un europeo, es muy difícil de comprender el vínculo que existe entre la iglesia católica y los movimientos indígenas, sobre todo a nivel de las pequeñas parroquias. Después del tiempo que viví en España, parece que el catolicismo a ambos lados del charco son religiones diferentes, y lo dice una persona muy poco religiosa. Esta virgen tallada, junto con la Cruz Moxeña acompañaron a la columna desde su partida de Trinidad, hace más de 70 días.

A partir de aquí y hasta que llegamos a la Plaza Murillo, el centro político de La Paz. Se desencadeno la fiesta, tal como hace un año. Se juntaban personas de todas las condiciones sociales, de todas las razas, una larga caravana de carros se puso a la cabeza, llamando a los vecinos a sumarse con altavoces. Mucha gente se puso a nuestro lado a bailar. Una de las cosas más interesantes de esta marcha es que viene con su propio grupo de tamborita que no dejan de tocar nunca, menos en los momentos más tensos. Cuando llegamos al centro de la ciudad, se habían sumado varios grupos de músicos más y todo el mundo bailaba.

La marcha avanza hacia el centro de La Paz. El apoyo de la gente no disminuyó nunca.

La Plaza Murillo estaba siendo resguardada por miles de los policías que un día antes rogaban el apoyo popular a su motín. La indignación se hizo enorme, la gente les reclamaba que se habían vendido por 100 bolivianos, abrían sus billeteras y les arrojaban billetes. Incluso en un momento la policía intentó dispersar a los dirigentes de la marcha usando gases, muchos cayeron desmayados, incluyendo mujeres y niños. Finalmente, atascados en esas calles estrechas del centro de La Paz, y luego de un largo rato de deliberaciones entre los marchistas y los vecinos, se tomó de decisión de continuar a la Plaza San Francisco donde está instalada la vigilia, y esperaban las instituciones y autoridades de la ciudad. El acto que duró varias horas mantuvo a la enorme multitud tranquila en la plaza. Sabiendo que había pasado algo grande.

Minutos después de lanzar gases a la dirigencia de la marcha, en Plaza Murillo el carro Neptuno de la policía amenaza con desencadenar un desastre, ante la multitud que no ha retrocedido un centímetro. Los mismo líderes de la marcha calmarían los ánimos esa tarde.

¨¿Nos quedamos, Don Fernando?¨

El día de la llegada de la Marcha Evo no quiso estar en La Paz, y abandonó el país con la excusa de la reunión del MERCOSUR (algo que hace siempre que hay conflictos graves, curiosamente). Hasta hoy, que puedo escribir esto. El gobierno no ha querido dialogar con la Novena Marcha. Ha descalificado a los dirigentes e incluso se ha reunido con los cocaleros que quieren la carretera. La estrategia que trata de usar es simple. No dialogar y ganarles por cansancio y desmoralización, jugando a ver cuánta bronca puede acumular ese pueblo y este pueblo.

Al mismo tiempo mantiene en La Paz a los miles que acompañaron su contramarcha, tan hermanos nuestros como los indígenas al fin y al cabo. Y todos los días se suman denuncias de supuestos servidores públicos sobre descuentos y aportes obligatorios para su mantención. Los indígenas por su parte, han tomado algunas calles cercanas a la Plaza Murillo, donde han puesto carpas a la espera de un cambio de actitud.

Hasta la noche, la enorme plaza San Francisco estuvo llena de gente, escuchando los discursos y salud’ando a los marchistas.

En realidad este podría ser el momento de Evo Morales, para demostrarnos que es capaz de gobernar a un país entero con más estrategias que la del clientelismo y el enfrentamiento entre pobres. Hoy es el mejor momento para concertar la integración de nuestras regiones, con respeto. Con respeto por todas las formas de vida. Con respeto por nuestra Pachamama. Con respeto con nuestra democracia. En cambio parece que será una lucha dura y larga. Tendremos que ser sabios. Tendremos que aprender a tragar sapos si queremos ganar ésta, pero Villa Fátima y La Paz, una vez más me ha demostrado que una lucha, si es consecuente y grande en espíritu, va a ganarse más que miles de corazones y brazos para sostenerla.

Gracias La Paz.

El Illimani, Gran Achachila que cuida la ciudad de La Paz, y sus moradores, por un día guardianes de la Gran Marcha.

Todos los que quieran, pueden seguir el desarrollo de esta lucha a través de los medios de comunicación de mi país en internet. Concretamente les recomiendo la Red Erbol: www.erbol.com.bo tildado de derechista, como todos los que pensamos diferente que el Vicepresidente, pero en realidad, es la vos más consecuente con la lucha en Bolivia desde hace varias décadas. También les recomiendo ver la fotos que Samy Schwartz ha estado enviando todo este tiempo: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151772744900346.850277.776170345&type=3

…En memoria de Karen Yesenia Fabricano Gutierrez, cuyos jóvenes pulmones no pudieron resistir el frío de La Paz, y se suma a la lista de Héroes del Movimiento Indígena continental. Mi respeto y agradecimiento infinitos.

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3 comentarios sobre “TIPNIS SI! Crónica de un día histórico

  1. Acaban de atacar la vigilia de los hermanos indígenas. No se puede creer la cobardía de este gobierno. Fuerza hermanos!!!

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