
Les presento el Uchumachi, una de las montañas más notorias y conocidas de los Yungas de La Paz. En sus faldas se encuentra la ciudad de Coroico y al menos una veintena de pequeñas comunidades y poblados, que hacen de este sitio, uno de los que mayor concentración de población en toda la región yungueña. Sin embargo, tiene una particularidad adicional que lo hace muy interesante para los que amamos la naturaleza, y es que entre la enorme cantidad de poblaciones y campos sembrados, quebradas degradadas y pastizales, el Cerro Uchumachi, se constituye en uno de los últimos sitios bien preservados de los valles accesibles de Yungas.

El Uchumachi tiene un altura de 2670 metros, y en general, la población de la zona ha tomado la iniciativa de preservar el bosque sobre la línea de la carretera, es decir, todo lo que queda por encima de los 1850 metros más o menos. Razones tienen, y muchas, esta montaña es una verdadera fábrica de agua, y las comunidades de este territorio, no sufren de las carencias que se advierten en otras zonas completamente deforestadas. Toda el agua que abastece los cultivos y los pueblos, proviene de las quebradas del Uchumachi, que no por nada es considerada sagrada por muchos de los pobladores.


Sin embargo, al igual que en todas las selvas nubladas del mundo, el Uchumachi no deja de sufrir constantes amenazas. Los colonos han empezado a asentarse en algunas laderas consideradas protegidas. La propia actividad turística, motor económico de la zona, y una de las principales causas de que aun se respeten ciertos parajes naturales de Coroico, tiene efectos incrementando la presión para convertir a las tierras altas en productoras agropecuarias. Las instituciones no son capaces de reflejar la importancia real del cerro para la sobrevivencia de la población de la zona, y los planes de manejo, cuando existen, simplemente no se cumplen. Ciertamente podemos estar viviendo los últimos años de estos bosques.


Pero en esta fábrica de agua podría también estar la solución a la insana destrucción a la que se ha sometido a Los yungas. No muy lejos de estas laderas, el monocultivo de la coca ha hecho estragos en la cobertura vegetal, y los pueblos empiezan a sentir con fuerza los efectos adversos que estas acciones inevitablemente tienen. La falta de agua para riego y para consumo se acentúan en todos los valles cercanos, y la vulnerabilidad a cambios climáticos abruptos se ha incrementado considerablemente. Innumerables familias campesinas han perdido su producción por culpa de plagas, de sequías y de deslizamientos de tierra que son una constante en los terrenos deforestados. El territorio del Uchumachi es un ejemplo vivo y cercano de los beneficios que trae saber conservar el bosque nublado. Un tipo de bosque que se aprecia poco, pero que es vital, también para la sostenibildiad de las actividades económicas de la gente, y que a lo largo de nuestra América desaparece a un ritmo alarmante.
Como siempre, te animo a compartir este post si te ha gustado, y a seguirnos desde Facebook: https://www.facebook.com/Diversidad.fotografia

Preciosa fotos y buenas explicaciones; en ese bosque la otoñada con sus cambios de colores debe ser fantástica.
Roberto la verdad es que el otoño aquí es muy poco espectacular, al menos para los estándares europeos. Todo se pone un poco menos verde, un poco más marrón, y ya 🙂
He trabajado por año en Coroico y amo Uchumachi. Saludos desde Canada
Preciosas imágenes Mauricio!
EXCELENTE IMÁGENES DON MAURICIO Y LA DESCRIPCIÓN DE CADA UNA SON MUY VALIOSAS, SALUDES DESDE COLOMBIA!!!
Realmente muy lindas fotos; queridos amigos, porque no aprovechamos esta pajina para hacer una campaña de comentarios para que nuestro cerro altivo del uchumachi pueda ser un parque nacional porque como dice el comentario es una grande fabrica de agua que alimenta una parte de los yungas ademas es un pulmon de oxigeno para la umanidad
Gracias Marcelo, cuéntame como seguro para apoyar cualquier iniciativa en protección del Uchumachi, por supuesto!