Todo lo que hemos tenido es una vaga referencia. Un video filmado en Argentina en julio de 2013, en el que aparece el Vicepresidente pronunciando una frase que será recordada por muchos, seguramente durante mucho tiempo. La carretera por el TIPNIS “no va más”.
No hay que olvidar cómo se vivieron estos años. La Gran Marcha. La dolorosa protesta indígena contra el despropósito de una carretera fracturando uno de los principales Parques Nacional y Tierras Comunitarias Indígenas de Bolivia. Entre medio, algunos de los actos represivos más cobardes e indignantes que mi generación recuerde, y pocas semanas después, uno de los recibimientos más apoteósicos que la ciudad de La Paz haya brindado a nadie en toda su historia. El movimiento indígena conquistó una victoria moral incuestionable, y asestó un poco sin querer, el único verdadero golpe que haya afectado a la estructura gubernamental desde que Evo Morales asumió el poder en 2005. La Octava Gran Marcha fue uno de esos momentos que cambian a un país y nos cambian, muy por dentro casi sin que nos demos cuenta.
La rebelión y transitoria victoria indígena ocurría en medio del resurgir de un capitalismo desarrollista, calcado de aquel que impulsarán los gobiernos nacionalistas de los setenta. Es probable que la convicción del gobierno por impulsar este modelo para sostener financieramente sus reformas, haya impedido ver este particular momento histórico como una oportunidad inmejorable para que el país dé el paso de gigantes que significa empezar a vivir de nuestro ingenio en vez de rentar con nuestra tierra. En cambio, una enorme campaña de desprestigio y división del movimiento indígena fue lanzada, con efectos visiblemente limitados, y en cambio representando un riesgo muy grande para el capital político del partido de gobierno, especialmente entre las clases medias urbanas.
En este contexto aparece el video, donde se reconocen la serie de errores graves que terminaron conduciendo al conflicto. La declaración final es categórica. La carretera no va más. Al menos no de la mano del actual gobierno, quién sabe de aquí a 20 ó 100 años. No es una verdadera disculpa, pero lo que me ha parecido más sorprendente es que el Vicepresidente haya puesto otra vez en el lenguaje oficial a los grupos más preocupados por la Madre Tierra, los que hasta hace nada eran considerados enemigos del proceso de cambio impulsado por su administración. También se reconoce algo que ya se sabía, que el problema ambiental trasciende lo local y regional para constituirse en un debate nacional que deberá ser tratado a escala nacional, lo que es realmente saludable.
No voy a portarme cínico. En verdad aplaudo esta pequeña muestra de sentido común. Sé que todos hubiéramos querido que esto se diga de manera oficial, en el país, en la televisión pública (ni siquiera los medios oficiales se hicieron eco de esto), donde sea menos a través de un video encontrado en youtube de un evento público en un país lejano, pero bueno. Tampoco creo que lo hubieran podido hacer de otra forma, considerando el enorme capital político que se ha decidido apostar en este tema. De todas formas hay muchísimo espacio para la duda, pero al menos esta declaración, también deja espacio para la esperanza.
Yo no me confiaría, pero al menos es una victoria moral
Si es cierto. hace nada el presidente volvio a tocar el tema, parece que habra que segui en la lucha todavía