Chuspipata

Amanece en una porción de Ceja de Monte cerca de Chuspipata.

Justo donde empieza la carretera de la muerte, queda en pie un pequeño poblado, que marca el inicio del descenso a Yungas. Chuspipata es frío y húmedo, lluvioso o cubierto de una espesa neblina la mayor parte del año. Se aferra a una ladera por encima de los 3000 metros del altura, y aun así se encuentra rodeado de un bosque espeso, y muy diverso. Desde Chuspipata también es posible realizar caminatas largas por este bosque oscuro y misterioso, único por su accesibilidad. Chuspipata se encuentra a hora y media de la ciudad de La Paz.

Uno de los pájaros más interesantes del Ceja de Monte es esta cotinga (Pipreola intermedia) se les encuentra a media altura en el dosel, perchadas en silencio, intentando pasar desapercibidas. Una senda al norte de Chuspipata es uno de los mejores sitios para encontrar esta especie.


Un ave muy destacable de la frontera entre el bosque y el páramo es la tangara Buthraupis montana. Bandadas de estas coloridas aves trepan bulliciosas las laderas en busca de frutos y brotes.

El pájaro carpintero de manto carmesí (Piculus rivolii) es con seguridad uno de los más coloridos miembros de su grupo, y un avistamiento bastante habitual en los bosques de Chuspipata.

A esta porción superior del bosque nublado se la conoce en Bolivia como «Ceja de Monte». Uno de los sitios menos explorados y menos comprendidos, hábitat de gran cantidad de especies de animales y plantas únicas de este tipo de ambientes. Chuspipata y los senderos de alrededor son un sitio que todos los amantes de las aves y las orquídeas, deben considerar visitar.

En estos bosques, tanto el suelo como las ramas de los árboles, están cubiertas de un manto vivo de musgos y epífitas.
Se han contabilizado más de 290 especies de orquídeas para el Parque Cotapata, pero seguramente ese número crecerá mucho según se vaya investigando. El bosque de Ceja de Monte, es uno de los más diversos en este grupo de plantas del país.

Otro tipo de animales, como los anfibios y reptiles, o los mamíferos, son muy poco conocidos en los bosques más altos. Muchas especies que uno puede encontrarse son nuevas para la ciencia, muy raras, o no registradas con anterioridad en el país. Animales como el oso andino, la taruca, o el venado Chunyi se conocen apenas por los signos, rastros y huellas en lo pocos sitios donde el denso follaje permite advertirlos.

Una especie aun no descrita de Noblella, se puede escuchar en las laderas que rodean Chuspipata. Estas ranas son notables por su diminuto tamaño, apenas mayor a un centímetro.
Se encontró esta culebra del género Tachimenis, cruzando el «camino de la muerte», a casi 3000 metros de altura. No ha sido posible identificar de qué especie se trata.
El final de la tarde, visto desde una de las sendas que rodean Chuspipata

 

 

 

 

Anuncio publicitario

2 comentarios sobre “Chuspipata

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: