Jukumari

Esta quebrada en el Parque Nacional Cotapata ejemplifica ese punto en que los pastizales andinos del páramo dan paso a los bosques nublados, que aquí arriba se expresan primero como manchones, y luego como una densa alfombra inaccesible para la mayoría.

Jukumari es el nombre común que se le da en Bolivia al único oso sudamericano (Tremarctos ornatus). Un imponente animal que aun deambula en los páramos y selvas nubladas de Los Andes, desde Venezuela, hasta Argentina. Como fotógrafo especializado en estas selvas de montaña, tener la oportunidad de documentar un oso en su hábitat es un hito añorado, pero difícil de lograr. Los Jukumaris son extremadamente cuidadosos, a pesar de su tamaño pasan a menudo desapercibidos, y gracias a los terrenos que habitan, incluso si puedes verlos, es cumplido conseguir una imagen decente. Otro problema es que son escasos, muy escasos.

El zorro andino (Lycalopes culpaeus) es el carnívoro más habitual de la parte alta de las montañas y el páramo, compartiendo ese nivel del hábitat con el oso. Sin embargo, los zorros raras veces se encuentran al interior del bosque húmedo.

Durante décadas, el oso andino ha sido perseguido, acusado más o menos injustamente de perseguir al ganado y dañar los cultivos, o buscado como trofeo «deportivo». Por supuesto, en este post, no voy a revelar el sitio donde encontré a tan increíble animal. Lo que es realmente importante

es saber que aun están ahí, convenientemente lejos de la gente, prosperan en ese misterioso nivel que sirve de transición entre el bosque tropical y las montañas andinas.

Finalmente, 16 horas de viaje y varias más siguiendo a este gran macho, son recompensadas con un avistamiento cercano de unos pocos segundos, y dos únicas fotos.

Bolivia es aun un país privilegiado en fauna y flora. Aun se mantienen extensiones enormes de ecosistemas megadiversos en muy buen estado de conservación, pero cada día se incrementa el presión sobre estos recursos. Solo este año, se ha aprobado la exploración y explotación de hidrocarburos en áreas protegidas, y se han reactivado proyectos tan destructivos como la represa del Bala, y la carretera que atraviesa el TIPNIS, sin hablar siquiera de los permisos de tala que se prevé superen las 100.000 hectáreas solo este año. Nunca en nuestra historia, el Estado en nombre del desarrollo ha puesto tal presión sobre nuestro patrimonio. Puedo entender sus razones, pero estoy seguro de que somos capaces de lograr ese tan ansiado desarrollo nacional sin necesidad de acabar con los bosques bolivianos, y espero poder aportar en ese sentido en el futuro. Por ahora, no es poco saber que aun prosperan seres tan increíbles como el Jukumari, y aun hay tiempo para asegurar su supervivencia a largo plazo.

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3 comentarios sobre “Jukumari

  1. Hola. Me llamo Daniela, quería saber si existen datos de historia natural del oso en Bolivia. agradeceré mucho, y muchas felicidades por la página

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