Lagartijas de las nubes

No puedo dejar de decir cuán fascinantes encuentro las selvas nubladas más altas de Los Andes. Este lugar frío y húmedo, silencioso, casi siniestro, es el hogar de algunas criaturas curiosísimas, que no se encuentran en ningún otro sitio. Aquí, por encima de los 2.700 metros sobre el nivel del mar, los bosques son enanos, apenas llega el sol, y una constante humedad cubre cada centímetros del suelo. Aquí, viven unas lagartijas realmente fascinantes.

Los reptiles en la región de yungas son el grupo de vertebrados peor estudiado, y menos comprendido. De los reptiles, las lagartijas son un grupo especialmente complicado. En las selvas de montaña bolivianas, las lagartijas no son ni abundantes, ni particularmente diversas. Encontrarse con una es muy poco común, y su estudio se complica bastante, considerando la dificultad del terreno. Más difícil aun es encontrar lagartijas en la franja más alta del bosque nublado… y sin embargo, ahí están, y por supuesto son muy raras.

Las lagartijas que prosperan en estos ambientes pertenecen al género Proctoporus, y la única especie reconocida para Bolivia es Proctoporus bolivianus. La escasísima literatura existente muestra que habitan desde los 2100 a más de 3700 metros de altura, pero se sabe que puede ser en realidad un complejo de varias especies, y la verdad no puedo decir con certeza cuál es el nombre de estos ejemplares. Esto solamente, muestra sin error la importancia y necesidad de ampliar el conocimiento sobre los reptiles de las montañas del país.

Se la encuentra debajo de piedras grandes con abundante cobertura vegetal, en la franja más alta del bosque, pero también en sitios degradados e incluso cerca de los caminos. Vean con atención las diminutas patas y los colores, que pueden ser muy llamativos durante la época de reproducción. Pero con seguridad, lo que más llama la atención de este reptil, es su comportamiento defensivo, rodeando la cabeza con el cuerpo, casi como una pequeña serpiente.

En estas selvas, la vida de una lagartija no es fácil. En el mismo sitio donde se encontraron estos proctoporus, y casi debajo de las mismas piedras, se han hallado una preciosa tarántula azul, que pudiera ser una competidora y ocasional depredadora de lagartijas; y una feroz culebra (Tachimenys attenuata), una obvia devoradora de todos los pequeños animales que se encuentran en su camino.

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